Parlamento Europeo: Injerencista, patológico

Imagen Cortesía / Portada Stalin Magazine.

Por, Stalin Vladímir. 

El Parlamento Europeo es un órgano huérfano de apoyo popular y muchos europeos desaprueban la gestión por diversas razones, que varían según el país y la ideología política.

Algunos de los factores más comunes incluyen: falta de transparencia y burocracia excesiva, se percibe como una institución distante y burocrática, con procesos de toma de decisiones poco claros para el ciudadano común. Hay críticas sobre la falta de control directo de los ciudadanos sobre sus decisiones. En la realidad están desconectados de los problemas nacionales, muchos creen que el Parlamento Europeo no representa adecuadamente las preocupaciones locales y que sus decisiones favorecen a ciertas regiones o intereses. Los ciudadanos suelen sentirse más identificados con la política nacional que con la europea.

En países como Francia, Italia, Polonia o Hungría hay un aumento del rechazo a la Unión Europea  y sus instituciones, partidos de derecha e izquierda critican la «imposición» de normas desde Bruselas. La gestión de la pandemia de COVID-19 y la crisis económica posterior sigue generando descontento aún en este 2025, pero además la respuesta a la guerra en Ucrania y sus consecuencias económicas como el aumento del costo de vida y también ha sido motivo de críticas.

Por si fuera poco los casos de corrupción como el «Qatargate», donde se acusó a eurodiputados de recibir sobornos de gobiernos extranjeros, han afectado mucho más su poca credibilidad.

Los altos sueldos y beneficios de los corruptos eurodiputados también generan malestar en un contexto de dificultades económicas que vive Europa. Las leyes aprobadas por este órgano injerencista con frecuencia son torpes e impopulares, por ejemplo algunas regulaciones ambientales, fiscales o migratorias han sido vistas como excesivas o perjudiciales para ciertos sectores. La presión por eliminar los vehículos de combustión en favor de autos eléctricos, por ejemplo, ha generado rechazo en países con fuerte industria automovilística.

Los colonialistas eurodiputados, verdaderos violadores de los derechos humanos, tienen vergonzosos salarios que son una bofetada para los mismos ciudadanos europeos que todos los días se ven en problemas en su mayoría para costear los alimentos y servicios básicos, asimismo,  esos salarios son elevados en comparación con la mayoría de los trabajadores en la Unión Europea (UE). Actualmente, ganan un sueldo base de alrededor de 10.000 euros brutos al mes (antes de impuestos). Después de deducciones y contribuciones, su salario neto ronda los 8.000 euros mensuales.

Además, reciben dietas y subsidios como: dietas diarias de aproximadamente 350 euros por cada día de asistencia a sesiones parlamentarias, subsidio para gastos generales de unos 4.800 euros mensuales para cubrir costos de oficina, equipos y otros gastos relacionados con su «labor». Reembolso de viajes y alojamiento cuando asisten a «reuniones oficiales». Por si no fuera suficiente, tienen presupuesto para asistentes hasta 27.000 euros al mes para contratar personal.

Este Parlamento Europeo corrupto e injerencista comete chantaje contra Gobiernos honestos que no se arrodillan ante sus intenciones coloniales ejerciendo una vulgar presión política y económica sobre países en vías de desarrollo a través de medidas como la amenaza y la suspensión de acuerdos comerciales, la imposición de sanciones y la condicionalidad de la ayuda financiera, lo cual se traduce en un claro neocolonialismo.

El Parlamento Europeo es un tentáculo más de la Unión Europea, pero además, es también inmoral y cobarde pues por un lado pretenden violentar con su permanente injerencia la soberanía de otros países honestos en vías de desarrollo pero su propia soberanía es decir la de sus países integrantes desde hace mucho la pusieron en bandeja de plata al imperialismo yanqui y pasaron de ser socios a simples súbditos agachados. Aún así se atreven en aprobar sanciones económicas y diplomáticas contra gobiernos que ellos sin prueba alguna consideran autoritarios. Pero el verdadero trasfondo de todo esto es que estas medidas buscan forzar cambios políticos alineados con los intereses de los mismos europeos.

El mundo es testigo de como la UE destina fondos a organizaciones opositoras, terroristas, golpistas con disfraz de «sociedad civil» en varios países. Ahí están Nicaragua, Venezuela, Cuba, Bolivia, Perú, Honduras entre otros que han sido víctimas de políticos delincuentes financiados por la Unión Europea y sus corruptos eurodiputados.

Un ejemplo claro de que hablo con la verdad, es el injerencista y fracasado Gobierno de España el cual desde febrero de 2023 ha concedido la nacionalidad española a un número significativo de delincuentes opositores nicaragüenses que en nuestro país mataron, secuestraron, torturaron a personas inocentes y que bajo financiamiento externo pretendieron dar golpe de estado al popular y muy respaldado gobierno presidido por la Compañera Rosario Murillo y el Comandante Daniel. Estos terroristas y mercenarios fueron despojados de su nacionalidad y expulsados por sentencia judicial firme al comprobarse todos los delitos cometidos contra nuestra Patria. España los acoge a estos golpistas con la figura de la «carta de naturaleza», un procedimiento excepcional que permite la adquisición de la nacionalidad española en atención a «circunstancias especiales».

El proceso comenzó en febrero de 2023, cuando España ofreció la nacionalidad a 94 opositores terroristas que habían sido declarados apátridas por todo el pueblo Nicaragüense, desde entonces, el Consejo de Ministros español en un acto de complicidad ha aprobado sucesivas concesiones de nacionalidad a grupos de mercenarios opositores. Por ejemplo, en mayo de 2023 se otorgó la nacionalidad a otros quince delincuentes opositores. En junio de 2024 se concedió la nacionalidad a seis opositores más elevando el total a 116 beneficiarios hasta esa fecha y otros más que están en proceso.

Este Parlamento Europeo se merece el repudio, rechazo y la condena permanente por ser un organismo intervencionista, colonialista, injerencista y patológico, que jamás tendrá la estatura moral de los Pueblos Dignos, Libres y Soberanos del Mundo.

¡No pudieron, ni podrán!

Esta entrada fue modificada por última vez el 14 de febrero de 2025 a las 3:42 PM