Si hay dos cosas que definen a Pep Guardiola, son su barcelonismo confeso y su profesionalidad. Dos características que, a veces entran en colisión, sobre todo desde que el técnico de Santpedor retomó su carrera para entrenar por Europa. El último ejemplo es el fichaje de Eric García por el Manchester City. Otra perla de La Masía que se le escapa a los culés, como Jordi Mboula, recientemente contratado por el Mónaco.
Desde que Guardiola volvió a los banquillos, su camino y el del Barcelona se han cruzado en varias ocasiones. En buena parte de ellas, ha sido el técnico catalán el que ha demostrado tener unas dotes de seducción mayores que las del propio Barça a la hora de convencer a los jugadores.
El primer caso llegó cuando Guardiola aún se encontraba en su período sabático. Según se ha podido saber con el paso del tiempo, Pep trató de convencer al padre de Neymar para que el brasileño fichara por el Bayern de Múnich, equipo del que él se iba a hacer cargo más tarde. En aquella ocasión, Guardiola no se salió con la suya, pero ahí quedó el intento de birlarle un fichaje estratégico al Barça.
Luego vino el caso de Thiago Alcántara, al que Pep fichó para el Bayern de Múnich ya en su primer verano como técnico del cuadro bávaro. Lo hizo aprovechándose de una de esas cláusulas traicioneras que el Barça, a veces, mete en sus contratos.
Un resorte que permitía al talentoso centrocampista salir por mucho menos de su valor de mercado -25 millones- si la venta se producía antes de una fecha determinada. Ni que decir tiene que el Barça echa en falta a un jugador como Thiago a día de hoy y que ciertos sectores del barcelonismo no le han perdonado a Pep que pescara en su antigua casa.
Ya en su etapa al frente del Manchester City, el equipo de Guardiola ha tenido los mismos intereses que el Barça en más de una ocasión. La más destacada, los intentos sin éxito de vestir a Messi de sky blue. También se cruzó en el camino de los catalanes cuando fichó a Nolito mientras el Barça, en paralelo, también lo intentaba, o el verano pasado, cuando fue a por Ter Stegen primero y luego a por Claudio Bravo.
El último capítulo de estos encontronazos llega con la marcha de Eric García a las categorías inferiores del City. 1,5 millones de euros por un cadete azulgrana. Una operación que deja claro que el Barça debe buscar una solución a la sangría en su cantera y que en el fútbol ya quedan muy pocos románticos.
Fuente: marca.com
Esta entrada fue modificada por última vez el 27 de junio de 2017 a las 9:19 AM