En el momento del crecimiento drástico de rusofobia y la presión sin precedentes ejercida por los países de Occidente unido sobre Rusia y varios gobiernos que prefieren en vez de seguir a ciegos la política de otros llegar al fondo de las razones de la crisis actual en Ucrania me veo obligado continuar revelando los objetivos siniestros de la Junta neonazi de Kiev (leer el artículo “Razones ignoradas de la crisis en Ucrania”).
Les recuerdo que la operación militar especial nunca estaba dirigida contra el pueblo de Ucrania, sino contra el Gobierno criminal que había tomado como rehenes al país y a su población. A raíz de un golpe militar anticonstitucional hace precisamente ocho años, el 22 de febrero de 2014, se inició un reformateo a gran escala del país hacia lo antirruso, en el que se quería destruir todo lo que era la esencia de la antigua Ucrania: la convivencia pacífica y la amistad entre los pueblos, la memoria del antiguo pasado común y glorioso, la moral, la fe, la lengua rusa, las tradiciones, la espiritualidad.
En esta situación sería ingenuo pensar que los objetivos de los dueños del régimen títere de Kiev se limiten a solo mantener la tensión en la frontera de Rusia. Los descubrimientos hechos por los militares rusos en el territorio liberado indican que Ucrania volvió a ser un vecino peligroso e impredecible para toda la Europa – la fabricación de la bomba nuclear “sucia” y el desarrollo de armas biológicas también eran parte de los planes de la Junta neonazi de Kiev apoyados abiertamente por los EE.UU. y sus aliados.
En los últimos días siguen apareciendo más y más evidencias de los planes de Ucrania de crear las armas nucleares y sus sistemas vectores. El mismo presidente ucraniano Volodymyr Zelenski en su discurso el 19 de febrero del año corriente en Múnich (Alemania) anunció su intención de derogar el Memorándum de Budapest. Este es el único documento que prohíbe el desarrollo, la proliferación y el uso de armas atómicas por parte de Ucrania.
En 2015 Oleksandr Turchynov, secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, respondió sobre la posibilidad de construir una bomba atómica «sucia»: «Utilizaremos todos los recursos que tenemos, incluso para construir armas eficaces». El general de división Petro Garashchuk, antiguo representante de la misión de Ucrania ante la OTAN, dijo que Kiev tenía la capacidad intelectual, organizativa y financiera para crear sus propias armas nucleares. En 2021, el embajador ucraniano en Berlín, Andriy Melnyk, declaró en la radio Deutschlandfunk que Ucrania debía volver a ser un Estado nuclear si el país no entraba en la OTAN. La Rada Suprema ucraniana (parlamento) ha pedido en repetidas ocasiones un ataque nuclear contra Rusia.
Con la avanzada de las tropas rusas se revelan nuevos hechos que siguen descreditando completamente la Junta neonazi títere del Occidente que estaba gobernando en Kiev. De lo más reciente – los documentos (ver aquí[1]) publicados el 6 de marzo por el Ministerio de Defensa de Rusia encontrados en los laboratorios biológicos de Poltava y Járkov sobre la destrucción de emergencia de los agentes patógenos de peste, ántrax, cólera y otras enfermedades mortales y demás evidencias del desarrollo en Ucrania del arma biológica con apoyo del Pentágono, lo que representa una violación del Artículo 1 de la Convención de la ONU sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxínicas y sobre su Destrucción.
De esta misma índole era la provocación realizada por nacionalistas ucranianos el 3 de marzo del año en curso con el objetivo de responsabilizar a Rusia por el incendio en la Central nuclear de Zaporizhia (más grande de Europa). Según el informe del Ministerio de Defensa de Rusia un atentado se prepara en Járkov, donde los nacionalistas ucranianos han minado un reactor de una instalación nuclear experimental del Instituto de Física y Tecnología. Y esta lista no se acaba aquí…
En estas condiciones las acciones de Rusia en el territorio ucraniano bien pueden calificarse de operación de liberación y rescate. Y no sólo para las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk y Ucrania, sino para toda la Europa.
¡Qué gran pesar ver los países europeos compitiendo en su retórica antirrusa y sanciones (que les hacen más daño a ellos mismos) para ganar puntos con EE.UU.! Me da mucha pena de que los europeos hayan vuelto a ir por el camino de errores igual que en vísperas de la II Guerra Mundial y con tanta facilidad olvidaron que están en deuda de gratitud con el pueblo soviético por liberar la Europa y el mundo entero del fascismo.
Licenciado en Comunicación Social, egresado de la UNAN-León con especialización en Comunicación Digital Estratégica.