NICARAGUA / A continuación, presentación del Compañero Fabrizio Casari, Periodista y Analista Internacional en Reunión Virtual de UVES/Alcaldías el 13 de Junio del 2023.
Vamos a hablar de la visita que comienza de mañana en adelante, del Presidente iraní Ebrahim Raisi, quien visitará, además de Nicaragua, también Venezuela y Cuba, acompañado de muchos Ministros, de Exteriores entre ellos el Canciller, el Ministro de Defensa, de Petróleo, de Salud, de Cultura. Es decir que es imposible imaginar una Delegación de mayor nivel institucional. ¿Qué significa eso? El testimonio de la importancia de esa Misión Diplomática en América Latina para Teherán, a parte de los Acuerdos Económicos y Comerciales que se firmarán en varios campos, con especial interés en los Acuerdos de Política Energética con Caracas, tanto bilaterales como en el marco de la OPEC+.
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Será interesante ver un momento el perfil político de esa visita porque, bueno, no es la primera vez que un Presidente iraní visita
América Latina, concretamente los Países del ALBA. En el 2007 se produjo la visita de Ahmadineyad, que por un lado produjo importantes avances políticos y alianzas en el ámbito de la OPEC y, al mismo tiempo, dio lugar a un entendimiento político con el Comandante Hugo Chávez y el Comandante Daniel Ortega, nuestro Comandante.
Hoy, 16 años después, el significado de la visita confirma el interés mutuo entre los Países del ALBA e Irán en un marco político internacional marcadamente diferente a lo que existía en el 2007.
La política exterior de Irán ha visto desarrollar sus relaciones políticas y económicas mucho más allá de su zona geográfica. Ello no significa, desde luego, el desvanecimiento de su interés en el Golfo Pérsico y Oriente Medio, pero la necesidad de eludir las sanciones occidentales y el deseo de proyectar un peso específico de la Nación persa en la escena internacional, ha empujado significativamente hacia la diversificación de las inversiones y la importación-exportación y hacia la asunción de un papel geopolítico que proyecta Teherán más allá de sus cuencas territoriales.
Un ejemplo de cómo la política iraní se ha proyectado en la interiorización de su papel lo representan sus políticas comerciales. Es bueno que se sepa que China es el socio económico y comercial más importante de Irán, así como es importante el socio político y diplomático en el Consejo de Seguridad de la ONU. Esa relación se ha ido intensificando en los últimos años debido al aislamiento económico y diplomático que ha padecido Irán provocado por las sanciones de Estados Unidos, y ambos Países, Irán y China, han unido sus esfuerzos para denunciar el unilateralismo de los Estados Unidos.
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En el plano bilateral, Teherán y Pekín han firmado el documento “Sino-Iranian Comprehensive Strategic Partnership”, es decir, la “Asociación Estratégica Integral Sino-Iraní”, que esboza la cooperación en diversos sectores: de la Energía a la Petroquímica, de las Infraestructuras a las Finanzas, del Turismo a la Ciencia, de la Tecnología a los Asuntos Militares.
En el juego complejo que mantiene con la Unión Europea, Teherán agradeció el papel desempeñado por Bruselas, particularmente por los principales Países europeos, Italia, Alemania, Francia e Inglaterra, que fueron parte del Acuerdo “5+1”, así llamado, que levantó parte de las sanciones occidentales pero que, por presiones israelíes, fue cancelado por Donald Trump, a pesar de que el Acuerdo contaba con la firma de los Estados Unidos. Pero nosotros sabemos que los Estados Unidos firman todo lo contrario de todo.
Se puede entender, por tanto, cómo Irán está utilizando ese Acuerdo con Pekín como herramienta para advertir a Occidente, y en este caso específico a los europeos, sobre el potencial de la cooperación multisectorial que están cediendo a China debido a sanciones impuestas por Washington.
La reanudación de las sanciones, que son un intento de frenar un desarrollo económico y militar que Israel percibe como una amenaza directa, aunque es más propaganda que concreta, no parece tener en cuenta el marco político sin precedentes que representa la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Riad y Teherán, es decir, entre Arabia Saudí y Teherán, gracias precisamente a la mediación de China.
A ver, todavía no estamos listos, aún es pronto para que se creen las condiciones para una asociación entre los dos Países, Irán y Arabia Saudí, que en su día fueron enemigos acérrimos tanto por la filiación religiosa como por el papel político y la respectiva influencia en Oriente Medio; pero lo que es seguro es que nos enfrentamos a un escenario sin precedentes que no estaba previsto por los cerebritos de Washington y Bruselas.
Arabia Saudí parece estar embarcada en una cooperación tanto con Teherán como con Estambul y Moscú, que está destinada a hacer que Occidente cada vez tenga menos protagonismo en el papel de actor decisivo en una zona que se extiende desde el Cáucaso hasta Oriente Medio, desde el Golfo Pérsico hasta toda Asia Menor.
La negativa de todos estos Países a imponer sanciones a Moscú por ejemplo, y el No a la petición de Biden de aumentar la producción de petróleo para compensar la menor afluencia de hidrocarburos rusos a Occidente, la reanudación de las relaciones diplomáticas entre iraníes y saudíes, y la petición tanto de Teherán como de Riad de entrar en los BRICS, ofrecen un panorama inédito y muy interesante, es presagio de grandes cambios estratégicos en el control de una zona vital desde el punto de vista energético para todo el Planeta.
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Acuérdense que el Estrecho de Ormuz es el lugar donde pasa el 70% del petróleo del Mundo. Controlar ese lugar, como ya lo hace Irán, sin ningún problema con los Países del Golfo, es una ventaja estratégica absoluta, total.
Otra elección con profundo significado geopolítico que subraya el cambio de rumbo de Riad se ha producido el 29 de Marzo de 2023. ¿Cuándo? Cuando el Gobierno saudí aprobó la decisión de unirse a la Organización de Cooperación de Shanghai como socio de diálogo, que fue creada en el 2001. Es una de las Organizaciones Políticas y de Seguridad más importantes de Eurasia, que está integrada por China, Rusia, India, Pakistán y, desde el pasado Noviembre, por Irán, además de todas las antiguas Repúblicas soviéticas de Asia Central con excepción de Turkmenistán; y hay otro importante número de Países observadores y socios de diálogo.
Entonces, la inminente entrada en los BRICS de Arabia Saudí, junto con el lugar de la OSC, será definitivamente la prueba de que Irán puede tener un sello estratégico, proyectándolo mucho más allá de su papel de potencia regional y señalándolo como un interlocutor importante en este Nuevo Orden Internacional que se va prefigurando.
Es también por eso que América Latina es un valioso socio estratégico para Irán, tanto comercial como políticamente. Teherán ya ha intervenido en defensa de Venezuela frente al bloqueo estadounidense, y las cuestiones de suministro de producción de petróleo y asistencia técnica serán uno de los temas centrales de las conversaciones. En cuanto a Cuba, Irán sólo puede proponer asistencia económica y suministros energéticos, que pueden compensarse con la penetración de Irán en el mercado cubano.
El nivel de entendimiento es positivo, pero ciertamente mejorable en el marco de la intención común de avanzar sin demora hacia una reforma sustancial de la gobernanza planetaria. La apuesta por un Mundo Multilateral, que cierra la fase de Unipolarismo de los Estados Unidos, y relaciona positivamente a Países que también tienen identidades políticas, culturales y religiosas muy diferentes, pero que tienen en el respeto de la Soberanía del otro y a la no injerencia en los respectivos asuntos internos, la brújula de las relaciones tanto bilaterales como multilaterales.
En nuestra Nicaragua, el Presidente Raisi encontrará una realidad profundamente distinta de la que aparecía ante los ojos de Ahmadineyad. Hoy Nicaragua es un País completamente transformado con respecto a 2007 y una economía palpitante que es el resultado de una política coherente con los Valores del Sandinismo, que contemplan el camino paralelo entre Desarrollo y Soberanía Nacional. La posible cooperación entre Managua y Teherán se construirá precisamente sobre la base de esa nueva cara de Nicaragua y también sobre la base de la batalla política internacional común, de Irán y Nicaragua, contra las sanciones de Estados Unidos que afectan a los dos Países y que siguen siendo ilegítimas, unilaterales e ilegales.
Todo va con el telón de fondo de un Nuevo Mundo que se cierra con la dictadura del dólar y abre la puerta a la cooperación económica, política y militar entre todos. Porque el Mundo no es el juguete privado de Estados Unidos, no debe ser el juguete privado de los Estados Unidos, del que expolia recursos para financiar su modelo fracasado.
El Mundo es un lugar donde todos coinciden, deben coincidir en el entendimiento común de que la lucha contra la pobreza, el Derecho Internacional y el Desarrollo armonioso son las principales herramientas para un Mundo de Paz en el que se compartan Derechos y Deberes y en el que todos participen del todo. No faltarán similitudes entre ambos Países a ese respecto. Irán ya ha demostrado su capacidad para resistir el aislamiento y el cerco, y Nicaragua es cinturón negro de Resistencia y Soberanía Nacional. El entendimiento entre los dos Países, antes de estar en los documentos, está en la Historia mutua.
Gracias, Compañer@s.
Esta entrada fue modificada por última vez el 17 de junio de 2023 a las 1:59 PM