Sacerdote, poeta y guerrillero, Gaspar García Laviana (1941-1978) dejó en Rivas un legado que se conserva vivo en la memoria del pueblo y que inspira los programas y proyectos que el Gobierno Sandinista desarrolla para llevar con justicia el bienestar a miles de familias en todo el país.
Este año cuando se cumplen 37 años de su tránsito a la inmortalidad, quienes le acompañaron en la lucha y quienes apenas le conocieron rinden un homenaje profundo y recuerdan al Padre Gaspar, Comandante Martín, a un hombre como muy pocos que siguiendo el ejemplo del mismo Jesucristo pasó de las palabras a los hechos, hasta el punto de entregar su vida para la liberación de un pueblo diezmado por una terrible tiranía.
Pascual Ascensión Álvarez Villagra, es uno de los discípulos que acompañó a Gaspar. Cansado por la edad, 88 años ahora, pero aún con fuerza en sus palabras y sus ademanes, Álvarez es un testigo de la entrega del Padre Gaspar a la lucha revolucionaria.
«Lo más importante es que él vino a dar la vida por nosotros aquí», explica el octogenario, mientras recuerda que el Padre Gaspar era un hombre integro, con una visión profundamente cristiana que se preocupaba por los más desposeídos.
«Aquí hizo una organización donde se vendía comida más barato, nos traía las comidas de donde quiera para el pueblo, todo esto lo hacía el en una forma ayudándole al pueblo. Íbamos a las comunidades, había un enfermo grave, íbamos al siguiente día con medicina o con un doctor a vigilar al enfermo, cuidando la salud, y la guardia siempre vigilándonos, molestándonos», rememora Álvarez.
Ahora, después de tantos años, este compañero de lucha reconoce que Gaspar fue un hombre que vino con el Espíritu de Dios para defender a su pueblo, tal y como lo hizo el mismo Jesucristo ya hace más de 2 mil años atrás.
Además, considera Álvarez, el Gobierno Sandinista ha construido un modelo que resalta los valores de Gaspar.
«Aunque las necesidades del pueblo son muchas, este gobierno nos está dando una respuesta. Gaspar hizo cosas que hoy las han tomado en cuenta y hoy las están haciendo caminar», menciona el guerrillero.
Es un hecho que en el pequeño municipio de Tola, donde el Padre Gaspar pasó un importante periodo organizando la lucha contra la dictadura, las cosas han cambiado.
La salud, la educación, la electrificación, programas de gobierno que empoderan a las mujeres y a los jóvenes son el día a día de la comunidad de Tola, donde el desarrollo se dinamizó con las políticas integrales que ejecuta el Gobierno Sandinista en esa zona.
Ana Julia Guido, es habitante de la comunidad Río Mena, ubicada cerca de El Disparate, el lugar donde cayó el Comandante Martín el 11 de noviembre de 1978.
A escasos días de conmemorarse el aniversario del paso a la inmortalidad de Gaspar, Ana Julia y su familias se encuentran en el Disparate realizando una jornada de limpieza en el mausoleo que marca el punto, con una gran cruz, donde el sacerdote guerrillero ofrendó su vida para la liberación de Nicaragua.
«Nosotros venimos cada tres meses a darle mantenimiento aquí porque aquí cayó el padre Gaspar, entonces nosotros como militantes venimos a hacer algo por lo mucho que él hizo por nosotros», dice con humildad Ana Julia.
A pesar que no lo conoció, Ana conoce la historia que sus padres y abuelos le han transmitido. «El fue un hombre que hizo mucho porque vino de otro lugar a morir por la lucha justa de este país. Lo que hizo el fue grandioso, un ejemplo para todos, para nosotros dar esto es poco para lo que él hizo por nosotros», aseguró.
Para Julia, Gaspar sigue vivo en el corazón del pueblo rivense y gracias al Gobierno del Comandante Daniel Ortega sus sueños e ideales han sido reivindicados en los programas y proyectos que se desarrollan en solidaridad y amor.
“Sus sueños, por los que el luchó se están reivindicando. Él siempre hablaba del amor. En Tola siempre que llegaba a dar Misa, le llevaba algo a los niños, siempre pensaba en los niños», comentó.
En ese sentido, Julia señala que el compromiso de los militantes sandinistas y del pueblo en general es ratificar el modelo Cristiano, Socialista y Solidario, siguiendo el ejemplo de lucha y entrega del Padre Gaspar García Laviana.
Ramón Argueta, de 75 años, reconoce que la lucha que desarrolló el Padre Gaspar se inspiró en la juventud, en las mujeres y en la liberación del pueblo.
«Luchó para que hoy en día la juventud no viva marginada, por eso el compromiso es seguir adelante, no dejar caer esta revolución porque si la dejamos caer la canteamos», comentó.
A juicio de Argueta, los sueños de Gaspar se hacen realidad en especial cuando en Rivas y en sus municipios se ven la gran cantidad de jóvenes bachilleres y profesionales, que deben seguir el ejemplo de aquel sacerdote, poeta y guerrillero que quiso tanto a Nicaragua hasta el punto de dar su vida para la liberación de un pueblo.
Esta entrada fue modificada por última vez el 11 de diciembre de 2015 a las 12:10 PM