Reconocida doctora y filántropa entre fallecidos por tragedia en el Mar Negro

Una de los fallecidos en el trágico accidente sobre el mar Negro del vuelo ruso con destinación a Latakia es la célebre filántropa Yelizaveta Glinka, que fue presidenta de la sociedad caritativa estadounidense VALE Hospice International y fundadora de los primeros hospitales para enfermos terminales de Moscú y Kiev. Glinka viajaba a Siria para llevar medicamentos a un hospital.

Yelizaveta Glinka, conocida en Rusia como ‘Doctora Liza’, era una médico intensivista y también directora ejecutiva de la fundación Ayuda Justa (‘Spravedlívaya Pómosch’ en ruso). Formaba parte del Consejo presidencial para el desarrollo de la sociedad civil y los derechos humanos.

En los últimos tiempos Glinka trabajaba para ayudar a aliviar los problemas que enfrenta la población, especialmente los niños, en las zonas de los conflictos de Siria y Donbass (en el este de Ucrania), regiones a las que volaba con regularidad para distribuir ayuda humanitaria, fármacos y equipo médico.

El Ministerio de Defensa ruso ha confirmado su presencia entre los pasajeros. El viudo de la médica, Gleb Glinka, también ha confirmado la muerte de su esposa en la catástrofe aérea.

El jefe del Consejo para los Derechos Humanos, Mijaíl Fedótov, ha informado que esta vez Glinka llevaba medicamentos al Hospital Universitario de Latakia, la capital de la gobernación donde se encuentra la base rusa de Jmeimim. «Hasta el último momento hemos estado esperando un milagro, pero ella misma fue un milagro, un mensaje del cielo sobre la virtud», ha comentado el funcionario el trágico suceso.

Fedótov destacó que la Doctora Liza hacía lo imposible para lograr que los dirigentes de las regiones rusas financiaran hospitales de enfermos terminales, casas de beneficencia y orfanatos. También es conocida por recorrer Moscú de farmacia en farmacia para conseguir las sustancias necesarias para mantener en vida a la piloto ucraniana Nadezhda Sávchenko durante su larga huelga de hambre mientras estuvo en la cárcel.

El pasado 8 de diciembre la doctora recibió el premio estatal ruso en materia de defensa de los derechos humanos. En su discurso de agradecimiento declaró: «Nunca sabemos a ciencia cierta si volveremos con vida, porque la guerra es un infierno en la Tierra. Sin embargo, estamos seguros de que la bondad, la compasión y la misericordia funcionan mejor que cualquier arma».

Esta entrada fue modificada por última vez el 25 de diciembre de 2016 a las 12:42 PM