El inmortal Rubén Darío, máxima expresión del Modernismo y trascendental figura nicaragüense, recibió un merecido homenaje este miércoles durante la Sesión Extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Durante la sesión pronunciaron discursos los Representantes de Argentina, Chile, Honduras, Guatemala, República Dominicana, , Belice, Mexico, Ecuador, El Salvador, Venezuela, Brasil, Bolivia, Costa Rica, Uruguay, Estados Unidos, Dominica, España y el Secretario General Luis Almagro.
Previamente se depositó ofrenda floral con el Presidente del Consejo, el Secretario General y Secretario General Adjunto. Estuvieron presentes también el embajador de Nicaragua en EEUU, Francisco Campbell, y el personal ante Casa Blanca.
A continuación, discurso del compañero Denis Moncada Colindres, representante de Nicaragua ante la OEA:
Homenaje en ocasión del Centenario del Tránsito a la Inmortalidad del Poeta Nicaragüense y Universal
Rubén Darío
Sesión Extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, Washington, DC, 3 de febrero de 2016
(Intervención del embajador Denis Moncada Colindres)
Señor Presidente
Señoras y Señores Embajadores Representantes Permanentes y Alternos.
Señoras y Señores Embajadores Observadores Permanentes.
Señor Secretario General y Secretario General Adjunto.
Señoras y Señores invitados especiales.
La Representación de Nicaragua agradece a la presidencia del Consejo Permanente de la OEA, por convocar a esta sesión extraordinaria, para conmemorar el Centenario del tránsito a la inmortalidad del Poeta Nicaragüense y Universal, Rubén Darío y a las distinguidas personalidades por su presencia y participación.
Rubén Darío, es el Precursor y Padre del Modernismo que sintetiza la capacidad y el genio literario latinoamericano y caribeño. Se nutre de una simbiosis universal de las letras, del arte y reafirma su identidad Nuestramericana.
Darío transforma, innova y revoluciona el arte poético, iniciando un proceso de liberación literaria en el hemisferio americano, y logra difundir el nuevo estilo literario en Europa, en un periodo en que el mundo del arte en general expresa una actitud de insatisfacción ante la realidad social del siglo XIX y del siglo XX.
Cuestionando valores sociales, estilos, formas y estética de la creación literaria, el mundo artístico comienza a transitar nuevos caminos entrelazando la rebeldía y el romanticismo.
En la búsqueda de novedosos horizontes de esperanza se desarrollan movimientos intelectuales, entre ellos, el Parnasianismo, el Decadentismo, el Simbolismo y el Impresionismo.
El modernismo, vanguardizado por Darío, se inicia en Latinoamérica en los últimos años del siglo XIX y principios del siglo XX; es el movimiento de renovación estética del lenguaje poético, que busca belleza y perfección de las formas, incorpora innovaciones métricas y temáticas de la cultura literaria.
El movimiento modernista renovó profundamente el estilo poético; expandió los recursos expresivos con brillantez, exotismo, tonos delicados y acordes, utiliza con maestría los recursos fónicos, la musicalidad, los efectos sonoros, los ritmos, el color, la adjetivación ornamental, metáforas, símbolos, sinestesias y especialmente la métrica.
Versos, estrofas y ritmos fueron magistralmente enriquecidos y renovados con prodigioso manejo del idioma, adaptando al castellano, formas métricas francesas y creando nuevas formas.
De los libros representativos de la obra Dariana, destacan Azul, Prosas profanas y Cantos de vida y esperanza, inicialmente publicados en el Diario La Nación de Buenos Aires y en la prensa chilena. Azul fue impreso en Valparaíso en 1888, con el auspicio del escritor chileno y crítico literario, Eduardo de la Barra y el escritor y diplomático chileno Eduardo Poirier.
Con Azul se inicia el Modernismo y la revolución del arte poético en la literatura de la lengua española. Ese mismo año en Madrid, Juan Valera, destacado novelista y crítico literario, reconoce a Darío como “un prosista y poeta de talento”.
Darío introduce el Modernismo en España, destacándose entre sus representantes, Salvador Rueda, los Hermanos Machado, Ramón del Valle Inclán, Francisco Villaespesa, y Juan Ramón Jiménez, entre otros.
El Poeta escribió comentarios de su propia obra. Sobre su libro Azul, reflexiona:
“Esta mañana de primavera me he puesto a ojear mi viejo amado libro, un libro primigenio, el que iniciara un movimiento mental que había de tener después tantas triunfantes consecuencias; y lo ojeo como quien relee antiguas cartas de amor, con un cariño melancólico, con unas “saudades” conmovida en el recuerdo de mi lejana juventud”.
En el análisis sobre el estilo, dice: “en el cuento El rey burgués, creo reconocer la influencia de Daudet. El símbolo es claro, y ello se resume en la eterna protesta del artista, contra el hombre práctico y seco, del soñador contra la tiranía de la riqueza ignara. En El sátiro sordo, el procedimiento es más o menos mendeciano, pero se impone el recuerdo de Víctor Hugo y de Flaubert.”
Darío, expresa que su libro, Azul, le despertaba los más gratos recuerdos de su vida en el bello país de Chile. Es de sus obras preferidas, contiene la flor de su juventud que exterioriza la íntima poesía de las primeras ilusiones y “está impregnada de amor al arte y de amor al amor”.
El libro Prosas profanas, publicado en 1896, es considerado por la crítica como el poemario con aportaciones rítmicas y plásticas que condujo a que Darío fuera considerado Padre del Modernismo.
Sobre su obra Prosas profanas, el poeta expresa: “los poemas en esta obra contenidos, corresponden al periodo de ardua lucha intelectual que hube de sostener en unión de mis compañeros y seguidores, en Buenos Aires, en defensa de las ideas nuevas, de la libertad del arte…”
En una especie de valoración global sobre su obra, el poeta afirma, “si Azul, simboliza el comienzo de mi primavera y Prosas profanas, mi primavera plena; Cantos de vida y esperanza encierra las esencias y sabias de mi otoño”.
En 1889, Rubén abandonó Chile, consiente de sus importantes aportes a la literatura y la revolución intelectual que encabezaba, retornando a su tierra natal Nicaragua, donde fue apoteósicamente recibido como héroe de la cultura.
En el movimiento Modernista latinoamericano, también participaron destacados escritores como José Martí, Manuel Gutiérrez Nájera, Salvador Díaz Mirón, Amado Nervo y otros connotados intelectuales.
Entre 1889 y 1892, la vida de Darío transcurre entre Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Panamá, combinando su creación poética con su labor periodística en la dirección del diario La Unión en El Salvador y el Correo de la Tarde en Guatemala. La inestabilidad política de esa época en Centroamérica, lo obliga a emigrar con frecuencia.
En mayo de 1893, dos años antes de inicio de la guerra de Independencia de Cuba, Darío se encuentra con José Martí en Nueva York y participan en un mitin político independentista. Fue su único encuentro. Darío publica un artículo titulado “La insurrección en Cuba”, refiriéndose a Martí, como Apóstol de la Revolución.
Dos años después, Martí cae heroicamente en el campo de batalla luchando por la libertad e independencia de Cuba.
En el contexto internacional, en esa época, declinaban cuatro siglos de imperio español y el águila imperial intervenía en Puerto Rico, Centro América y Cuba.
Darío escribió su Oda a Roosevelt, expresando su visión sobre el destino de la América Indígena. En ese poema se interroga… “¿Seremos entregados a los barbaros fieros? / ¿cuantos millones de hombres hablaremos inglés? / ¿ya no hay nobles hidalgos, ni bravos caballeros? / ¿callaremos ahora para llorar después?” …
En 1910, se produce la Revolución Mexicana y en 1914, el conflicto europeo.
Darío combinó su vida poética con el periodismo y la diplomacia. Desempeñó diversos cargos diplomáticos y consulares, en América y en Europa.
En 1892, forma parte de la delegación nicaragüense que participa en Madrid en el 4to Centenario del Descubrimiento de América.
Fue nombrado Cónsul de Nicaragua en Paris (1903-1907), realizando además misiones en diferentes países de Europa y América Latina.
Participa en el III Centenario de la Publicación de El Quijote, homenaje literario celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Madrid, recinto en que Darío dio a conocer su poema “Letanías del Señor Don Quijote”.
En 1905 forma parte de la Delegación que trata el asunto fronterizo entre Honduras y Nicaragua, sometido a la decisión arbitral del Rey de España.
El gran panida, participa en la III Conferencia Panamericana, en Rio de Janeiro en Julio de 1906. En ese Foro, durante la recepción, Darío lee su controvertido poema “Salutación al Águila” en uno de cuyos versos de forma muy diplomática expresa: “Águila, existe el Cóndor. Es tu hermano en las grandes alturas”.
En 1907, Darío fue nombrado Representante de Nicaragua en España, concluyendo sus funciones tras el derrocamiento del presidente de Nicaragua José Santos Zelaya por el gobierno de Estados Unidos.
En agosto de 1910, viaja a México como delegado presidencial para asistir a los festejos del Centenario de la Independencia Mexicana. Al arribar a Veracruz, recibe un cálido homenaje y es declarado Huésped de Honor de la ciudad.
Darío continuó en comunicación con el derrocado Presidente Zelaya; en México, España, Paris y Bruselas donde el depuesto mandatario, radicó entre 1910 y 1911.
En septiembre de 1912, Darío escribe para La Nación de Buenos Aires, una síntesis de la historia del filibusterismo en Nicaragua. Dos meses después, dicta su autobiografía que publica la Revista Caras y Caretas.
Escribió artículos periodísticos, sobre España Italia y Francia.
Darío publica la Oda al Libertador Simón Bolívar, conmemorando el Centenario de su natalicio en el homenaje organizado por el Gobierno de El Salvador, el 24 de Julio de 1883.
Escribió Canto a la Argentina, en ocasión del Centenario de su Independencia, siendo uno de los poemas más extensos de Darío.
El poeta radicó varios años en Francia. En el contexto de la I Guerra Mundial en 1914 deja Paris y su trabajo como director literario de las revistas Mundial y Elegancias y la corresponsalía de la Nación de Buenos Aires. Viaja a España y posteriormente a Nueva York donde permanece varios meses.
Durante su estadía en Nueva York, aboga por la paz Internacional. En febrero de 1915, en la Universidad de Columbia, lee su poema titulado Pax. Ese año es aceptado como miembro de la Hispanic Society of América.
No soporta el gélido invierno neoyorkino, contrae neumonía y en estado delicado de salud, se traslada a Guatemala en abril de ese mismo año. En noviembre, regresa gravemente enfermo a Nicaragua, acompañado de su esposa Rosario Murillo.
Darío fallece tres meses después, en su Nicaragua natal, en León, el 6 de febrero de 1916, época en que el país está ocupado militarmente, y Europa sufre los estragos de la guerra.
Nicaragua llora a su insigne poeta universal. Centro América y el arte poético internacional lamentan su partida.
Señor Presidente, Estimados colegas
El presidente de Nicaragua Cmte. Daniel Ortega Saavedra, aprobó un Decreto Ejecutivo para conmemorar los 100 años del tránsito a la inmortalidad del Poeta Nicaragüense y Universal Rubén Darío, proclamando el año 2016, para celebrarlo en su Nicaragua natal, país del “Sol que alumbra, las nuevas victorias” y en el ámbito internacional, del cual este foro de la OEA es parte.
Este mes de febrero, los nicaragüenses recordamos a Darío y Sandino como iconos y símbolos que representan la identidad cultural y patriótica de los nicaragüenses.
El Poeta Nicaragüense marcó un hito en la historia de la Literatura. En la poesía en lengua española hay un antes y un después de Rubén Darío. Fue el primer gran poeta desde el Siglo de Oro, de Garcilaso, Góngora, Quevedo…
Darío, encabeza una revolución literaria que se expandió a lo largo de mundo hispano-hablante y más allá y transformó todos los géneros literarios.
España y América reconocieron su voz poética como la más original y moderna surgida hasta entonces.
El escritor argentino Jorge Luis Borges escribió: “todo lo renovó Darío: la materia, el vocabulario, la métrica, la magia peculiar de ciertas palabras, la sensibilidad del poeta y de sus lectores, su labor no ha cesado ni cesará. Quienes algunas veces lo combatimos comprendemos hoy que lo continuamos. Lo podemos llamar Libertador.”
El director de la Real Academia Española, Francisco Darío Villanueva Prieto en visita reciente a Nicaragua, afirmó que Darío se ubica en la estela de Miguel de Cervantes Saavedra por ser un escritor trascendente para la historia de nuestra literatura. Tiene una estatura colosal en la literatura española.
Rubén Darío fue un cosmopolita; se nutrió de la cultura greco latina, del renacimiento y de la moderna cultura francesa. Construyó el dialogo cultural entre los dos continentes. Cantó a Moctezuma, al Inca y exaltó a Netzahualcóyotl. Percibió a Chile y Argentina como su Patria. Dejó recuerdos gratos de su arte literario en sus estadías en Costa Rica, Honduras, El Salvador, Guatemala, Panamá, Chile, Argentina, Francia y España.
Esa es la obra genial de Rubén Darío, el Poeta Niño, que llego a Chile a los 19 años de edad impulsando su obra trascendente, convertido en un clásico de la literatura universal, cuyo acervo poético ha heredado a diversas generaciones de la humanidad.
Muchas gracias a todas y a todos y a Usted señor Presidente.
Esta entrada fue modificada por última vez el 4 de febrero de 2016 a las 3:58 PM