Rusia e Irán acordaron establecer una red de comunicaciones fluviales desde el este de Europa hasta el océano Índico. La nueva ruta comercial tiene como objetivo reducir en miles de kilómetros las vías existentes, así como evadir las sanciones occidentales impuestas a estos dos países, informa el medio Spuknit.
«Los dos países están invirtiendo miles de millones de dólares para acelerar el transporte de mercancías a través de ríos y ferrocarriles unidos por el mar Caspio. Los datos de seguimiento de buques recopilados por Bloomberg muestran que decenas de buques rusos e iraníes, incluidos los sancionados, ya recorren esta ruta», destacó el medio.
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Se estima que la ruta de 3.000 kilómetros atraviesa la región del Caspio. Así, el proyecto conectará el mar de Azov con los centros iraníes en el mar Caspio. Para ello, Moscú se encarga de establecer una red de comunicaciones fluviales entre dos mares durante todo el año, mientras Teherán está ocupado con la ampliación de su red ferroviaria hasta el puerto de Chabahar, en el golfo de Omán.
También este proyecto ampliará el uso del corredor de transporte internacional Norte-Sur.
«Rusia e Irán, sometidos a una tremenda presión por las sanciones, se están volviendo el uno hacia el otro, y ambos miran también hacia el Este.
El objetivo es proteger los vínculos comerciales de las interferencias occidentales y construir otros nuevos con las gigantescas economías asiáticas, en rápido crecimiento», destacó el medio.
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La ruta marítima de Rusia a Oriente discurría por el mar del Norte y el Mediterráneo y tenía unos 14.000 kilómetros de longitud, señaló la agencia.
Asimismo, las partes prevén invertir en el proyecto unos 25.000 millones de dólares, según las estimaciones de María Sháguina, experta en sanciones y política exterior rusa del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.
La publicación de Bloomberg comunicó que ya docenas de barcos rusos e iraníes, incluido aquellos que están sometidos a sanciones estadounidenses, ya navegan por esta ruta. Los buques que navegan por los ríos Don y Volga han comerciado tradicionalmente con productos energéticos y agrícolas, ya que Irán es el tercer mayor importador de grano ruso.
Sin embargo, el comercio va a ampliarse. Moscú y Teherán han anunciado una serie de nuevos acuerdos comerciales que abarcan productos como turbinas, polímeros, suministros médicos y piezas de automóviles. Rusia también suministra combustible nuclear y componentes para el reactor iraní de Bushehr.
Esta ruta podría ser un incentivo para la cooperación económica entre Rusia e Irán. En particular, el comercio entre dos países entre enero y octubre de este año fue de 4.000 millones de dólares. Tras la conclusión de un acuerdo de libre comercio y la puesta en marcha de este ambicioso proyecto, la cifra podría alcanzar los 40.000 millones de dólares, informó Bloomberg.
Reacción de EEUU
El jefe de la Oficina de coordinación de sanciones del Departamento de Estado, James O’Brien, se pronunció sobre la ruta, sobre todo, expresó su preocupación de que Rusia trata de evadir las sanciones.
«Es un área que estamos observando cuidadosamente, tanto esa ruta como, en general, la conexión entre Irán y Rusia. (…) Nos preocupa cualquier esfuerzo por ayudar a Rusia a evitar las sanciones», indicó.
La cooperación entre Rusia e Irán genera las preocupaciones de los países occidentales. A lo largo de los últimos meses desde el inicio en febrero pasado de la operación militar especial de Rusia en Ucrania Occidente ha impuesto baterías de sanciones contra el país euroasiático. Además, EEUU y sus socios europeos acusan a Irán de suministrar a Rusia sus drones militares sin mostrar pruebas. No obstante, Moscú y Teherán lo han refutado en repetidas ocasiones.
Esta entrada fue modificada por última vez el 22 de diciembre de 2022 a las 11:43 AM