Más de 10 mil personas se encuentran en situación de refugiados.
Las graves inundaciones provocadas por las lluvias desde el pasado viernes en Luisiana, al sur de EE.UU., han dejado seis muertos, unos 20 mil evacuados y a más de 10 mil personas en refugios. La localidad sureña continua en estado de emergencia.
Debido a las intensas lluvias, que comenzaron el viernes con precipitaciones que alcanzaron entre 15 y 25 centímetros y el sábado aumentaron, los niveles de los ríos en muchas áreas subieron hasta su desbordamiento, un evento que no se había producido antes.
En los últimos tres días, 20 mil personas han sido rescatadas de sus casas y vehículos y más de 10 mil están en refugios, en su mayoría situados en el área de Baton Rouge, la capital del estado.
El Servicio Meteorológico Nacional informó que a pesar de que la previsión meteorológica indica que las lluvias ya no son tan virulentas en la zona, se teme que el temporal se dirija ahora hacia el medio oeste.
La Guardia Nacional de Luisiana afirmó que cerca de mil 700 militares habían sido movilizados ante esta emergencia climática, y su número podría aumentar.
Según información del gobierno estatal más de 2 mil 700 viviendas están inundadas, la mayoría en Baton Rouge y Livinsgton, y se prevé que ese número aumente en las próximas horas porque, aunque las lluvias se calmaron el domingo, la crecida del agua sigue siendo peligrosa en buena parte del estado.
Por su parte, el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, catalogó las inundaciones «sin precedentes» y aseveró que más de 10 mil personas, esencialmente en los alrededores de la capital Baton Rouge, habían pasado la noche del domingo al lunes en refugios.
La portavoz del gobernador, Shauna Sanford, señaló que unas 40 mil casas y negocios se quedaron sin energía.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó este domingo la declaración de zona de desastre a Tangipahoa, St. Helena, East Baton Rouge y Livinstong, cuatro parroquias (distritos) del estado de Luisiana lo que permitirá usar recursos federales para las tareas de ayuda.
Los residentes de las parroquias declaradas como zona de desastre pueden pedir ayuda federal de hasta 32 mil dólares para rehabilitar sus hogares, aunque no tengan seguro de inundaciones.
La agencia de emergencias de EE.UU. (FEMA, por su sigla en inglés) proporcionará 1,2 millones de litros de agua y 750 mil comidas a los desplazados, mientras espera que termine la fase de búsqueda y rescate para abrir sus centros de recuperación.
Las inundaciones obligaron a cerrar centenares de carreteras y en algunas áreas la situación está empeorando por la crecida del agua.
Las lluvias torrenciales también afectaron, aunque en menor grado, al vecino estado de Misisipi, que sigue también en estado de emergencia ante el riesgo de la subida del agua.
Esta entrada fue modificada por última vez el 16 de agosto de 2016 a las 9:21 AM